CESFAM EL MANZANO POR UNA COMUNIDAD SANA
  Salud Sexual y Reproductiva
 


MATRON SR. JUAN MANUEL MORALES
Salud Sexual y
Reproductiva




Es sano hablar de sexo y reproducción

Es común que las personas no tengan inconveniente en explayarse sobre el número de hijos que tienen o desean tener, sobre las dificultades para que las mujeres queden embarazadas y sobre los métodos anticonceptivos. En una conversación entre mujeres puede haber referencias a la "T" o al "DIU" e incluso bromas repetidas sobre el método Ogino. Sin embargo, sobre el sexo se habla menos, y la existencia de mitos y tabúes impide el libre desarrollo de la sexualidad que termina por afectar la salud sexual y reproductiva de las personas.
    Por considerar la sexualidad como algo muy privado se cree que las personas no están dispuestas a conversar sobre ella al tratar temas de salud sexual y reproductiva. Esto no es cierto; justamente, por ser un tema que no se aborda abiertamente, la gente necesita hablar de sus experiencias, de sus preocupaciones y necesidades en este campo. La sexualidad es mucho más que un hecho biológico; es una experiencia humana que se transforma en el tiempo, que es vivida de manera diferente de acuerdo al medio social y cultural. Depende también de la manera en que las personas desarrollan su autoestima y se afirman como sujetos con derecho a decidir sobre su sexualidad. Por eso, la forma en que una persona vive su sexualidad influye en la conformación de su identidad y en su capacidad de cuidar su salud. Una vida sexual y reproductiva sana es el resultado de sujetos autónomos, capaces de tomar decisiones y satisfechos consigo mismos.
    El concepto de derechos sexuales y reproductivos, puesto a debate público durante la última década, recoge estas ideas. Se refiere al derecho de las personas a desarrollar una vida sexual y reproductiva satisfactoria y sin riesgo, a elegir si quieren o no tener hijos sin que exista una sanción social por ello, decidir el número y espaciamiento de los hijos que desean tener y el método anticonceptivo que les convenga. El ejercicio de estos derechos requiere que hombres y mujeres estén dispuestos a decidir sobre su sexualidad y reproducción, y que cuenten con los conocimientos necesarios para ello. Asimismo necesitan servicios de salud de calidad y políticas públicas que hagan posible que las decisiones de cada individuo se pongan en práctica.
    En esta oportunidad Argumentos
se propone quitar el velo de misterio y pecado con que se ha recubierto el sexo para encontrar formas de tratar más abiertamente la sexualidad y el ejercicio de los derechos reproductivos.
 
 


Sabía que...
en la Conferencia Mundial sobre Población y desarrollo celebrada en El Cairo (Egipto) en 1994 los gobiernos de 184 países se comprometieron a hacer respetar los derechos reproductivos de sus ciudadanos y ciudadanas.
Si la sexualidad no está bien, la salud tampoco
Habitualmente, en los programas de salud sexual y reproductiva se considera el sexo como una actividad voluntaria y monogámica entre parejas heterosexuales de individuos de igual condición. Pero en la práctica, el ejercicio de la sexualidad abarca un conjunto más heterogéneo de situaciones que comprende las necesidades y experiencias de los/as jóvenes, solteros/as, homosexuales, personas de la tercera edad. Por otra parte, un número significativo de mujeres no desarrollan una actividad sexual libre y son presionadas para mantener relaciones no deseadas. También son limitadas por sus parejas y el sistema de salud en sus decisiones reproductivas en relación al número de hijos, el intervalo entre ellos y en el uso de métodos anticonceptivos.
    La incapacidad de ejercer derechos en el campo de la sexualidad termina enfermando a las personas psicológica y físicamente. Las investigaciones han demostrado que quienes viven la sexualidad de forma insatisfactoria y poco libremente tienen baja autoestima, son poco capaces de reconocer sus necesidades y deseos y de poner límites a los otros. Manifiestan síntomas difusos o malestares como jaquecas, mareos o alteraciones nerviosas que tienen su origen en una sexualidad poco gratificante. Asimismo, difícilmente afirmarán el derecho a usar anticonceptivos o se los exigirán a sus parejas, exponiéndose de esta manera a embarazos no deseados y a enfermedades de transmisión sexual.
    Cualquier cambio que se pretenda impulsar en el campo de la salud sexual y reproductiva debe tener en cuenta lo señalado y no olvidar que la sexualidad es también un espacio donde se puede ejercer poder y en el cual generalmente las mujeres ocupan el lugar de mayor dependencia.
    Las políticas de salud y educativas deben considerar la variedad de situaciones en que se vive la sexualidad y estar alerta al poder y dominio que se ejerce en este campo. Deben estimular en las personas el interés de conocer y hacer respetar sus deseos y de aprender a poner límites a las demandas de los otros. La igualdad en este aspecto tan importante de la vida, permite a las personas hacerse cargo de su sexualidad y reproducción para vivirlas en forma satisfactoria y segura.
 


Sabía que...
según el Fondo de Población de Naciones Unidas y el Foro Abierto de Salud y Derechos Reproductivos, en Chile se practican 437,4 abortos al día.
Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos
Hace algunos años hablar de derechos humanos remitía solamente a los derechos civiles y políticos como el derecho de asociación, de voto, de expresión y a la integridad física de las personas. A lo largo de la década de los noventa, el reconocimiento de los derechos reproductivos como derechos humanos ha sido el resuItado de un trabajo llevado a cabo principalmente por organizaciones de mujeres hasta lograr que Naciones Unidas los reconozcan y los países se comprometan a hacerlos respetar, independientemente de las diferencias políticas, económicas o culturales.
    Se entiende por Derechos Sexuales y Reproductivos, aquellos que garantizan que las personas vivan la sexualidad en forma autónoma, plena, segura, equitativa y placentera y la reproducción en forma voluntaria y sin riesgo.

Es importante que hombres y mujeres sepan que tienen el derecho a:

  • Contar con los conocimientos sobre su cuerpo, su sexualidad y su reproducción a fin de tomar decisiones en forma libre.
  • Decidir tener o no tener hijos, el número de ellos y cada cuánto tiempo.
  • Contar con políticas públicas que hagan posible el ejercicio de estos derechos.
  • Contar con servicios que aseguren su salud sexual y reproductiva en todas las etapas de su vida.
     


Sabía que...
según datos de 1992, 106 mujeres mueren cada año debido a complicaciones del embarazo y del parto.
Mejorar la atención de salud
La relación que establecen los profesionales y el personal de salud con las personas, es fundamental para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos. Una atención respetuosa, que transmite e intercambia información, influye positivamente en el desarrollo de las capacidades de decidir sobre la sexualidad y reproducción, mientras que un trato autoritario y poco receptivo tenderá a mantener a las mujeres en una situación de dependencia de la palabra del profesional, sometidas a las decisiones de otros, inseguras de sus experiencias, ideas y sentimientos en este campo.
    Mejorar la comunicación entre los responsables de los servicios y las pacientes, exige a esos profesionales debatir y cambiar su propias percepciones y concepciones sobre la sexualidad y reproducción para acoger sin prejuicios y de manera integral a las personas que consultan. Les exige escuchar e interpretar las dolencias y quejas que no tienen un origen claro pero que, sin embargo, están asociadas a una sexualidad insatisfactoria. Igualmente, deben estar atentos a los obstáculos que impiden a las personas beneficiarse de los programas orientados a preservar y mejorar la salud sexual y reproductiva.
    Esta forma de aproximarse al tema se preocupa no sólo por la cantidad de anticonceptivos entregados o los nacimientos no deseados que se han logrado evitar, sino también por desarrollar habilidades individuales que permitan a las personas afirmar sus derechos y acceder a los recursos que garantizan su salud sexual y reproductiva.

Desde esta perspectiva resulta indispensable:

  • Difundir ampliamente información sobre salud sexual y reproductiva.
  • Impartir educación sexual para los jóvenes y los padres.
  • Asegurar la calidad de los servicios.
  • Ampliar los servicios para incluir adolescentes, mujeres solteras, hombres y personas de tercera edad.
  • Propiciar la participación y elevar la responsabilidad de los hombres sobre la sexualidad y la reproducción.
     

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Argumentos para el cambio     ISSN 0717-2346

una publicación del:
CEM (Centro de Estudios de la Mujer)
Purísima 353, Santiago, Chile
teléfono: 777 1194, fax: 735 1230, correo-e:
cem@rdc.cl
http://www.cem.cl

Esta publicación es parcialmente financiada por el Fondo para la Sociedad Civil constituido con aportes del gobierno de Suecia, administrado por el SERNAM, y por el Instituto de la Mujer de España. Sin embargo, las expresiones y contenidos vertidos no representan, necesariamente, la opinión institucional de estos organismos.



 

 
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